Una visión de futuro es un método de planificación

Una visión de futuro es un método para establecer metas y trazar el camino para llegar a ellas. Es decir, es un método de planificación estratégica.

Esta metodología nos indica a dónde queremos llegar en un lapso determinado. También nos indica cómo seremos o cómo nos sentiremos cuando lleguemos ahí.

Cuando el método se utiliza adecuadamente, la definición de la meta no es cuantitativa. Tampoco se expresa en cifras. Las cifras son una consecuencia de haber llegado a la meta establecida.

Meta es diferente a objetivo

Es lógico que exista confusión entre lo que es una meta y un objetivo, porque estas palabras son sinónimos.

Pero en este método, los objetivos son logros previos que nos permiten llegar a la meta. La meta se refiere a un lugar de llegada, como el de las competencias deportivas. La meta está al final de un camino.

Y hablamos de «visión», porque es necesario visualizarnos en ese lugar en un futuro dado. Ahí radica el poder de motivación de una visión de futuro. Nos hacer ver nuestras fortalezas y posibilidades.

Es una herramienta de trabajo diario

Una visión de futuro debe ser una herramienta para tomar decisiones todos los días y actuar de acuerdo al plan.

Pocas empresas y personas comprenden cómo se define y para qué sirve. La mayoría la definen como un eslogan con fines publicitarios. Pero sus conductas cotidianas no tienen nada que ver con la definición.

En situaciones de adversidad, la visión de futuro nos permite ver por dónde salir de la situación. Y esto es posible porque nos ayuda a enfocarnos en los recursos que están a nuestro alcance.

Una visión de futuro tiene que ser una frase simple, pero útil, práctica y retadora. No es necesario que sea una frase rimbombante, original ni grandilocuente.

¿Cómo pudemos saber que es útil y práctica?

Porque nos facilita tomar decisiones difíciles, recordándonos hacia dónde estamos dirigiéndonos.

Funciona como una brújula que nos ayuda a escoger lo que más me conviene de acuerdo a la dirección de nuestra meta. Nos hace actuar en el presente, con u sentido más claro de nuestro rumbo.

¿Cómo podemos saber que es retadora?

Porque implica que necesitamos hacer un esfuerzo superior o diferente al que hacemos en el presente.

O porque significa que debemos mejorar alguna conducta o forma de hacer algo. De lo contrario no avanzaremos ni progresaremos.

En otras palabras, una visión de futuro definida con pertinencia también nos hace más productivos.

¿Y qué pasa con el «hoy» y el «ahora»?

Hay quienes desestiman la importancia de pensar en el futuro. Afirman que solo estamos seguros del hoy y del ahora.

Este enfoque no es conradictorio con la visión de futuro como método de planificación.

Nuestro hoy en gran medida es una consecuencia de un plan que tuvimos o no tuvimos en el pasado. Nuestro ahora es el resultado de decisiones que tomamos o dejamos de tomar ayer.

Y nuestro hoy y nuestro ahora se vuelve más significativo cuando está conectado con el mañana a través de un plan.

Recuerda: «una visión de futuro sin acción es simplemente un sueño… una acción sin visión de futuro carece de sentido… una visión de futuro puesta en práctica puede cambiar el mundo.»

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