La reflexión compartida es un método de aprendizaje efectivo
La reflexión compartida siempre ha sido un método de aprendizaje efectivo, bien sea que la hagamos en familia, con amigos o en el trabajo.
Compartir historias, como «pensando en voz alta», es un método eficaz de aprendizaje porque nos permite escucharnos y recibir feedback de inmediato, de otras personas, con “ojos más frescos” que los nuestros y con otra perspectiva.
La reflexión compartida es un método de aprendizaje que funciona porque nos permite ver una experiencia específica desde diferentes ángulos, de manera fácil, rápida y sencilla.
La reflexión compartida en el trabajo no es tan fácil
Todo el mundo reconoce la importancia de hacer pausas en la empresa para pensar, crear, generar conocimientos y aprender de manera formal. Sin embargo, en la práctica, pocos lo hacen realmente.
De un modo u otro y con diferente intensidad, en las empresas se comparten ideas y aprenden de esto. Pero reflexionar mientras estamos trabajando, en marcha, no es tan fácil y es menos eficaz.
Véalo de esta manera: los bomberos no aprenden tanto en medio de un incendio. El aprendizaje lo deben producir antes de atender la emergencia. De esta manera, la reflexión compartida sobre una experiencia concreta queda para después.
Igualmente, por sus condiciones operativas, las reuniones de chequeo o «estatus» que se hacen en las empresas una vez a la semana o cada 15 días, no son pausas para la reflexión compartida.
¿Por qué en el trabajo es más difícil la reflexión compartida?
Las tareas operativas diarias no dejan mucho tiempo para la reflexión compartida, organizada y sistematizada. Las urgencias cotidianas no facilitan espacios para esta dinámica.
¿Quién tiene tiempo para ponerse a compartir historias cuando mañana tiene que hacer una entrega, o con tantos compromisos operativos pendientes?
Adicionalmente, en la mayoría de las empresas solo conocen dos formas de promover el aprendizaje:
1) La acción correctiva de los supervisores; y
2) Las dinámicas de cursos y seminarios.
Pero sin un plan para hacer pausas organizadas de reflexión compartida, se necesitan cursos de mayor duración para intentar recuperar lo que nos se ha compartido en mucho tiempo.
Esto produce un círculo vicioso con la falta de tiempo para el aprendizaje: mientras más tiempo requiera un curso, más difícil resulta conseguir el tiempo para hacerlo.
También influye en la disposición a realizar reflexiones compartidas la falta de confianza entre los miembros del equipo. Este es un ingrediente clave para compartir conocimientos de forma eficaz entre colegas.
Pero para compartir una reflexión, la gente involucrada necesita saber que será escuchada con verdadera atención y respeto (valores que los equipos necesitan aprender).
Por último, para que la reflexión compartida genere aprendizaje en un equipo, es necesario tener objetivos compartidos, estar alineados en el lenguaje y utilizar medios que acerquen a los implicados. De lo contrario, el aprendizaje pierde sentido.
¿Por qué la reflexión compartida es un método de aprendizaje efectivo?
1) Porque no requiere de mucho tiempo. Sesiones de 15 minutos que se realicen 2 o 3 veces a la semana tienen un impacto enorme.
He comprobado la efectividad de este método infinidad de veces, con los equipos que usan este sistema de estudio con mi libro Arte Supremo.
Recuerde que la frecuencia de la práctica es lo que tiene más influencia en los procesos de aprendizaje.
2) La reflexión compartida bien organizada, con una frecuencia constante semanal, produce resultados inmediatos en la comunicación entre los miembros del equipo.
Al mejorar la comunicación, mejora muy rápidamente la confianza entre compañeros de trabajo, y la proactividad de los mismos para brindarse apoyo y pedirse ayuda.
3) Si se mejora la confianza entre el equipo, las reuniones operativas se hacen más productivas en menos tiempo.
Cuando los miembros de un equipo realmente sienten confianza entre sí, tienen mucha más iniciativa para solucionar necesidades que involucran a otras personas del equipo o de otros departamentos.
4) Cuando los equipos ejercitan con frecuencia la reflexión compartida en la empresa, las reuniones cotidianas se vuelven más breves y los participantes le sacan más provecho.
5) Las dinámicas frecuentes de 15 minutos para la reflexión compartida en un equipo son una extraordinaria oportunidad para aumentar el liderazgo que se enfoque en potenciar las fortalezas de su gente.
Proponemos la reflexión compartida sobre lecturas
La lectura en equipo es un poderoso recurso de aprendizaje para las empresas, que podría utilizarse más, porque es sencillo, es muy económico y sus resultados son extraordinarios.
Un buen ejemplo del poder de la lectura compartida lo puede encontrar en el cristianismo, una de las religiones más importantes del mundo, con más de 2 mil años de existencia.
Uno de los fundamentos para la formación de identidad y compromiso en esta religión es el uso de un par de lecturas de la Biblia en la misa de los domingos.
Se trata de un ritual sencillo, pero con mucha fuerza para alinear a los miembros de la comunidad, y que cualquier equipo de trabajo puede hacer.
En este sentido, nosotros hemos tenido experiencias muy positivas con la lectura de nuestros libros.
Sus contenidos están relacionados con diferentes situaciones de comunicación en las empresas. Y la extensión de sus capítulos permiten hacer una productiva reunión de 15 minutos de reflexión compartida.
Estructura de una reunión de reflexión compartida
El siguiente es un ejemplo de cómo organizar la agenda de una reunión de 15 minutos para realizar una reflexión compartida alrededor de una lectura:
• Primeros 5 minutos: leen 2 personas, un texto previamente asignado.
• Siguientes 5 minutos: los miembros del equipo hacen comentarios sobre situaciones de su trabajo específico relacionadas con la lectura.
Como guía para esos comentarios, los participantes de la lectura pueden construir ideas que comiencen así:
«Esta lectura me hizo recordar la situación que tuvimos esta semana con el cliente que…»
«La lectura está relacionada con la situación que se presentó el dia tal, en la que tuvimos que…»
• En los últimos 5 minutos, el equipo puede reflexionar sobre lo que podrían mejorar, tomando en cuenta el contenido de la lectura.
Si esta dinámica se hace 2 o 3 veces a la semana, entonces el equipo puede hacer un plan que garantice que todos sus miembros roten en la labor de leer, analizar y determinar aprendizajes.
Este esquema de agenda es solo un ejemplo. Nosotros conocemos equipos que, dentro de los mismos 15 minutos, han realizado otras dinámicas de reflexión compartida de ideas y conocimiento, igualmente muy productivas.
Que el equipo haga un plan mensual de lectura
Lo ideal es que el equipo acuerde un plan mensual de lecturas, que garantice que todos sus integrantes practiquen los 3 roles que mencionamos antes en el esquema de agenda.
En nuestra experiencia, a veces algunos miembros del equipo no se sienten cómodos leyendo en voz alta. Pero esto siempre se supera con la práctica.
Es asombroso ver a personas que un momento tartamudeaban al leer y después se convierten en excelentes expositores y colaboradores.
Por otro lado, el equipo tiene el reto de aprender a tener paciencia. Impulsar estas reuniones para la reflexión compartida enfrenta muchas costumbres establecidas. Hay que tener presente que estamos creando un nuevo hábito de aprendizaje colectivo y esto toma su tiempo.
Para profundizar tus conocimientos sobre estos temas, te invito a adquirir el libro Aprender a aprender.
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El artículo es excelente como siempre. Veo importante hacer la pausa para realizar lecturas relacionadas con nuestra actividad y al leerlas, analizarlas en esos 15 minutos que recomiendas se puede obtener un aprendizaje de calidad y si nos rotamos en la actividad lograremos que todos participemos y le saquemos provecho para potenciar la atención y el servicio para nuestros clientes.
Hola Mirna. Muchas gracias por tomar el tiempo para escribir. Muy pertinente tu comentario. El trabajo de vendedor tiene muchas rutinas que fácilmente lo mecanizan y dificultan conectarse positivamente con sus clientes. Hacer pausas activas de refrescamiento de conocimientos es uno de los métodos más efectivos para evitar ese riesgo.
Estimado Juan Carlos. Agradecida por la oportunidad que nos brinda con este tipo de lectura, que nos invita a reflexionar y tomarnos un tiempo. Nuestras juntas de ventas sería un momento ideal y maravilloso para compartir esta dinámica. Esto le daría incluso un valor adicional de enriquecimiento y productividad. Saludos!!
Saludos, Vivian. Gracias por leer y comentar el artículo. Efectivamente, en el caso de las oficinas inmobiliarias, las juntas de venta podrían hacer dinámicas de aprendizaje como las que sugiero. Un abrazo.
Gracias por este Heliodoro contenido Profesor Juan Carlos. Ciertamente es un valioso recurso compartido: la lectura. Además de mejorar la comunicación entre los miembros del equipo, alimenta el intelecto, mejora las habilidades de redacción y dicción, la oratoria tiene más sentido y los temas de la organización que son comunes podrían solucionarse y avanzar. El aspecto que veo en mi mundo organizacional es incentivar el valor de la lectura como método de aprendizaje. Sin embargo, su artículo me abre los ojos y una oportunidad. Gracias.
Me gusta la manera en que has listado los beneficios de la lectura compartida en un equipo de trabajo (¡en familia y con amigos!). Lo he visto muchas veces: mejorar la comunicación tiene alto impacto en las relaciones laborales y personales, casi instantáneamente. Mil gracias por tu tiempo, Nacarid. Valoro tus aportes.
Me encanta tu propuesta Juan Carlos. He realizado practicas de ese estilo en nuestro equipo de trabajo Century 21 Alfa, y nos ha dado excelentes resultados en el contacto permanente que mantenemos entre nosotros. De tu propuesta voy a tomar e implementar el espacio de los 15 min desde esta semana, el hacerlo en un momento especifico y planificado. Definitivamente veo que esta es una de las maneras de sentirnos escuchados, comprendidos, de recibir otras miradas que pueden abrir oportunidades inimaginables para una persona que vive su experiencia en soledad. Es una de las ventajas de pertenecer a un equipo maduro, que se consolida con cada contacto y encuentro, para mantener la confianza tan necesaria para caminar, correr, navegar o volar juntos. Gracias Juan Carlos.
Me emociona tu comentario, Deyanira. Mil gracias por tomar el tiempo para compartir tu experiencia y la oportunidad que ves para seguir mejorando. Un abrazo.
Excelente artículo; me gustaría implementarlo. ¿Cómo hacerlo sin afectar el día a día de la tienda?
Mil gracias por tu pregunta tan oportuna, Nedeska, y que bueno que tengas ganas de implementar este método.
Precisamente, lo que busco con el artículo es que veas esto como una oportunidad para potenciar la productividad de tu equipo, influyendo positivamente en el día a día de tu tienda.
Mira la dinámica de dedicar 15 minutos al día, como un momento de refrescamiento y oxigenación de la motivación de tu gente.
Las rutinas del día a día hacen que la gente trabaje como con los músculos dormidos. Pero una pausa de 15 minutos puede ser muy poderosa para despertar su inteligencia y creatividad.
Los breves instantes para estudiar y compartir pensamientos, siendo debidamente escuchados y valorados, son como “gasolina para el alma”.
Gracias Juan Carlos por éste interesante artículo. Ciertamente, al crear un hábito tan importante (como el de la reflexión sobre nuestras experiencias), nos permiten afinar estrategias más rápidas para mejorar y ser más efectivos en nuestras labores. Además, puede incluso incrementar la capacidad de trabajo en equipo y sinergias de acciones hacia un objetivo determinado. ¡Saludos!
Exactamente, Jesika, esos son claros beneficios de un equipo que aprende de manera compartida. Mil gracias por tomar el tiempo para escribir tu valioso aporte. Saludos.