¿Podemos ponernos de acuerdo con visiones diferentes?
Ponernos de acuerdo con otras personas es vital y es uno de los propósitos esenciales de la comunicación. Pero muchas veces no es tan fácil, ¿verdad?
Ponernos de acuerdo o «alinearnos» es fundamental para hacer equipo con otras personas, para dirigirlas, para disfrutar en grupo o para concretar ventas con un cliente.
¿Cuántas veces nos vemos en conversaciones estancadas o agrias, que terminan por distanciarnos de personas que son muy importantes en nuestra vida?
El origen de los desacuerdos
La raíz de la gran mayoría de esos «desencuentros de comunicación» es la falta de un lenguaje común, un lenguaje compartido.
Por lenguaje común no me refiero solamente a hablar el mismo idioma, sino a tener significados compartidos.
Tener un lenguaje compartido se logra cuando los interlocutores tienen informaciones y conocimientos similares. Pero más importante aún, se logra cuando tienen valores y puntos de vista convergentes.
De lo contrario, cuando nos encontramos frente a opiniones opuestas a las nuestras, nuestro sistema neurológico de pensamiento rápido nos lleva a reaccionar buscando «convencer» al otro de su error o ignorancia.
La reactividad negativa no nos ayuda
En la mayoría de los casos ese tipo de respuesta no funciona por el irrespeto que transmitimos al enfocarnos en demostrar que el otro está equivocado. Y a nadie le gusta que le hagan sentir que es ignorante.
William James, pionero de la psicología científica, ya decía hace más de 120 años que «el principio más profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser apreciado.»
Entonces, el principal reto que tenemos para influir mejor en nuestros interlocutores está en controlar la reacción que tenemos en esas situaciones, en función de responder inicialmente con verdadera empatía.
Reaccionar de manera empática significa buscar comprender el punto de vista del otro, sin juzgarlo.
Qué es la empatía en la práctica
Preguntar y escuchar para comprender brinda el conocimiento necesario para lograr presentar comunicar las ideas de manera más cercana a la perspectiva del otro.
Hay que preguntarle al otro qué lo llevó a ese punto de vista y cuáles son los significados relacionados con el mismo.
En muchos casos resulta que estamos de acuerdo, pero no utilizamos las mismas palabras para referirnos a algo.
Me da gusto compartir estas ideas en mis capacitaciones sobre comunicación efectiva, porque los efectos y los resultados positivos se ven de inmediato.
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