Los errores son bendiciones para el aprendizaje y la creatividad
A las personas no nos gusta equivocarnos y en la mayoría de los casos es mejor evitarlo. Pero los errores son bendiciones para el aprendizaje y la creatividad.
Quizás esa es la base sobre la cual el profesor Richard Feynman nos hace esta invitación: “hay que demostrar nuestras equivocaciones lo más rápido posible; es la única manera de avanzar”.
Viniendo de Feyman, es una idea significativa
Richard Feynman fue uno de los científicos más creativos e influyentes del siglo XX. Muchas de sus ideas nos retan y nos hacen dudar de lo que sabemos.
Con su ingenio, curiosidad, personalidad y filosofía de vida se ganó el respeto de la comunidad científica mundial.
Obtuvo el Premio Nobel de Física en 1965. También fue uno de los padres de la primera bomba atómica y formó parte de la comisión que investigó el accidente del transbordador Challenger en 1986.
Como hombre de ciencia, Feynman conocía el valor de los errores para las investigaciones científicas.
No es una idea simple ni fácil de poner en práctica
Aunque en la vida en general está muy mal visto equivocarse, los errores juegan un rol fundamental en el avance de la ciencia y la tecnología.
El ensayo y error ha sido la fuente de muchos descubrimientos científicos y las equivocaciones han tenido un gran valor para muchas innovaciones de negocio.
La siguiente es una breve lista de invenciones que nacieron por error o “casualidad”:
• El horno microondas, 1945.
• La penicilina, 1928.
• El velcro, 1941.
• La Coca-Cola, 1886.
• El teflón, 1938.
• El post-it de 3M, 1970.
• El caucho vulcanizado, 1839.
• El marcapasos, 1958.
• La radioactividad, 1896.
• Los cereales de Kellogg’s, 1906.
• La sacarina (edulcorante), 1879.
• Los rayos X, 1895.
• El acero inoxidable, 1913.
• La viagra de Pfizer, 1992.
• El celofán, 1908.
• Las papas fritas tipo “chips”, 1953.
• El encuentro de Colón con América, 1492.
Al ver estas referencias, ¿tiene más sentido la invitación de Feynman a equivocarnos lo más rápido posible, como base para avanzar?
Los errores no están posicionados como sinónimos de avance
Aunque exista el refrán que dice que “equivocarse es de sabios”, los errores se asocian a cosas mal hechas, a la falta de profesionalismo y al fracaso.
En las empresas, un error puede costar perder un cliente, perder mucho dinero o hasta perder el puesto de trabajo.
En la vida privada, un error puede costar una amistad, una relación vital o una amarga discusión que genere resentimiento.
Si los errores no se aceptan con facilidad y se castigan en exceso, a pesar de que son indispensables para aprender o crear, ¿cuáles son los retos de la propuesta del profesor Feynman?
Aprender de los errores tampoco es tan fácil
Desde la escuela primaria estamos sometidos a muchas penalizaciones por equivocarnos. En consecuencia, es comprensible que nos generen temor o frustración.
La mayoría no estamos acostumbrados a experimentar las equivocaciones de la investigación. Por lo tanto, no tenemos la misma perspectiva de su valor.
Aprender de los errores no es algo que ocurre porque sí, de manera automática. Si así fuera no tropezaríamos tanto con las mismas piedras.
Por el contrario, este tipo de aprendizaje requiere de un esfuerzo de evaluación que nos lleve a identificar oportunidades de mejoras y ejercitarlas de inmediato.
Sin embargo, en un mundo tan cambiante, aprender de los errores es una habilidad que cada día se aprecia más, porque los avances que se derivan de los mismo son muy valiosos.
Necesitamos más cultura de aprovechamiento del error
Podemos aprender a ver los errores con la visión de la oportunidad. Pero implica mucha humildad y madurez para aceptar la equivocación.
Precisamos desarrollar esas virtudes en función de que nos resulte más fácil reconocer que nos equivocamos y podemos mejorar.
Si creamos las condiciones necesarias para sacarle un verdadero provecho a las equivocaciones, reduciremos la frustración que generan y protegeremos la autoestima necesaria para aprender y crecer.
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Los errores nos hacen aprender, nos llevan a revisar los procesos y las omisiones, o las acciones que hicimos demás. Nos hacen verificar en qué nos equivocamos y cómo mejorar para mejorar los resultados. Pero tambíén nos permiten una revisión constante, para no volver a incurrir en ellos. Los errores nos permiten innovar y mostrar resultados.
Estimada Claudia, los errores nos permiten todo eso que dices en tu comentario, en la medida en que los veamos con fuente de aprendizaje. Si nos quedamos enganchados en los prejuicios sociales sobre los errores, nunca los aprovecharemos al máximo.