Celebrar los intentos de cambiar y mejorar es fundamental para el aprendizaje
Celebrar los intentos es una de las condiciones más importantes al aprender algo, porque es lo que inicia y mantiene la formación de los caminos neuronales fundamentales del proceso.
Dar los primeros pasos en un proceso de aprendizaje o emprendimiento puede ser difícil para muchos y es comprensible. Comenzar suele ser la fase más difícil de cualquier cambio.
La posibilidad de equivocarnos siempre da miedo
Hacer algo en lo que no tenemos dominio y experiencia produce el normal temor a equivocarnos.
A los seres humanos no nos gusta fallar. Y si los errores son muy costosos, más miedo produce hacer algo importante por primera vez.
Además, existen demasiados prejuicios sociales sobre lo que significan las equivocaciones y eso lleva a la mayoría a no intentarlo.
Es fácil decir que aprendemos de los errores. Sin embargo, en la práctica, los errores se asocian más a fracaso e incapacidad que a aprendizaje.
Con más de 40 años de experiencia profesional, solo he visto aplaudir los errores de los bebés cuando están aprendiendo a caminar o hablar.
En el mejor de los casos, con los adultos he visto tolerancia y condescendencia (que no es poco).
Pocas empresas hacen lo que hace Google o Pixar para aprender de los errores.
El miedo a equivocarnos, inconscientemente, nos paraliza o nos lleva a tirar la toalla sin ni siquiera intentarlo.
Podríamos decir que no arriesgarnos y hacer intentos es también una forma de reducir las posibilidades de fallar.
¿Podemos cambiar el significado de “intentarlo”?
En el sistema educativo dominante, basado en la aprobación de exámenes, es más fácil acostumbrarnos que los errores son sinónimos de fracaso, que pasos necesarios en el aprendizaje.
Pero podemos cambiar ese significado social y liberar el extraordinario potencial que tenemos todos los seres humanos para aprender más y más rápido. Cada uno tiene el poder de darle a los errores un sentido edificante.
Una de las formas de ejercitar ese cambio de enfoque es celebrar los intentos con más frecuencia, especialmente los que parecen más insignificantes.
Cada intento es una conquista sobre el miedo
Cada intento es una victoria sobre el miedo a fallar. Por lo tanto, aunque parezca mínimo, es una valiosa conquista sobre el miedo.
Celebrar cada intento es celebrar cada paso hacia el alcance de una meta. Y esto es especialmente valioso cuando la meta es parte de un plan de trabajo.
Para quien desconoce el proceso neuronal del aprendizaje, los intentos no parecen importantes, porque su valor no es tangible ni evidente.
Sin embargo, celebrar los intentos, por insignificantes que parezcan, activa el sistema de recompensa de nuestra mente, el cual es responsable de generar las ganas de seguir intentándolo.
En otras palabras, celebrar los intentos de cambio inicia un proceso virtuoso de motivación a cambiar.
Celebrar los intentos de cambiar y mejorar es como si le pusiéramos gasolina del más alto octanaje a nuestra motivación.
Un buen ejemplo del poder de celebrar los intentos
Una de las veces que mejor he visto funcionar esto fue con una estudiante que quería aprender a vender con efectividad.
Ella necesitaba conseguir potenciales clientes haciendo llamadas telefónicas “en frío”. Es decir, llamando a personas desconocidas que no esperan ni desean ese tipo de llamada.
¿Imaginas las veces que le colgaban el teléfono con las primeras frases?
Al principio de su proceso de aprendizaje la ayudé a descubrir que con cada 20 llamadas que hacía a la semana lograba que una fuera exitosa.
Quizás te parezca poco, pero 5% de éxito en llamadas “en frío” es un porcentaje muy alto en cualquier industria, en especial si eres un aprendiz.
Entonces se dio cuenta de la utilidad de aquella estadística: podía duplicar sus resultados si en el mismo tiempo hacia el doble de llamadas y eso era factible.
Así aprendió a evaluar cada llamada fallida como “me falta menos para acertar”.
Aumentar la cantidad de intentos de venta tuvo un efecto inmediato adicional: mejoró sus habilidades de comunicación y también aumentó el porcentaje de aciertos.
¿Ves en este ejemplo la importancia de celebrar los intentos?
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