Imaginar el futuro posible es fundamental para superar una crisis
Las crisis afectan negativamente nuestras emociones, nuestra imaginación, nuestra creatividad y nuestra capacidad de percepción, porque nos desenfocan, nos sacan del rumbo, nos hacen perder el camino y nuestro norte.
Al hablar de crisis, hablamos de adversidad, de incertidumbre, de obstáculos que parecen insuperables.
Las crisis nos ponen a pensar solamente en el corto plazo y hacen que prestemos más atención a las debilidades que a nuestras fortalezas.
En este sentido me resulta tan interesante la idea de Albert Einstein, invitándonos a recordar nuestras metas y sueños en momentos de adversidad:
«En momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento.»
Claro, parece una ironía, porque en los momentos de crisis tenemos la sensación de que no tiene ningún sentido pensar en el mañana si no hemos resuelto el hoy.
En los momentos de crisis es cuando más nos parece que pensar en las metas del futuro es perder el tiempo, porque las dificultades del presenten nos abruman y no nos facilitan ver más allá.
Pero ahí es donde, precisamente, está la clave de la idea de Einstein.
Cuando usamos la imaginación para proyectarnos positivamente hacia el futuro es cuando los obstáculos del presente comienzan a desanudarse, a desatrancarse, a ceder.
Es decir, definir o refrescar nuestras metas hace que nuestra mente comience a percibir soluciones y salidas a las barreras del presente.
Justo así es como funciona la visión de futuro como metodología para guiar nuestros pensamientos y acciones en situaciones de crisis y adversidad.
Pero las crisis nos hacen olvidar que necesitamos una manera de pensar diferente a la manera de pensar que nos hizo llegar a la crisis.
Y cuando hablo de manera de pensar, me refiero a nuestros paradigmas.
Los paradigmas son nuestros diversos esquemas mentales para pensar y actuar frente a casi todo en la vida.
Algunos de esos esquemas mentales, muy pocos, son conscientes. Pero la inmensa mayoría, como el 90%, son incoscientes, nos hacen tomar decisiones y actuar en forma mecánica, automática, sin ni siquiera darnos cuenta.
Así pues, frente a las crisis, nuestro inconsciente se dispara en forma de miedo, de sobrevivencia y, en muchos casos, de parálisis. De tal manera que desde ahí tendemos a enfocarnos solamente en el corto plazo y olvidamos el inmenso poder de nuestra imaginación.
Dicho en otras palabras, si no decidimos conscientemente sacarle provecho a las crisis, estas nos congelan la fuerza de la imaginación.
Es necesario agregar que en la idea de Einstein el conocimiento tiene valor e importancia, pero es menor a la imaginación.
La razón es que el conocimiento es como una herramienta, que solo cobra vida cuando la usamos para transformar algo en el presente para poder llegar a alguna meta en el futuro.
También podemos decir que el conocimiento nos ayuda a enfrentar las crisis, cuando tiene un propósito utilitario, que va más allá del presente.
Cuando estamos abrumados por una crisis en el presente, podemos estar rodeados de herramientas útiles, pero no es fácil percibirlas si no efrescamos el camino hacia donde estábamos dirigiéndonos.
Para profundizar este tema, te invito a leer:
• 5 Claves para enfrentar la adversidad y la incertidumbre.
• El valor de la resiliencia para enfrentar la adversidad.
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